Bueno chiquillas ahí os va un nuevo capítulo ;)
Lali
La
música sonaba en algún lugar a lo lejos y yo giraba en
círculos, buscándola. Antes de caerme dando volteretas por un acantilado
y precipitarme a una muerte segura, abrí los ojos. Miré al techo. Ahora la
música sonaba mucho más alto. Pitbull me estaba avisando de que me llamaban. Con
un gruñido, alargué la mano para coger el teléfono que tenía sobre la almohada
de al lado. Me había ido a dormir con la esperanza de recibir un mensaje de Peter,
pero el mensaje no llegó. ¿Por qué me estaba llamando mi madre a las siete y
media de la mañana?
—¿Mamá?
—Hola,
cielo. Siento despertarte, pero quería hablar contigo antes de que lo
hiciese el imbécil de tu padre. Tienes que enterarte de esto por mí, no por él.
No siente ni una gota de compasión por los demás. Va por el mundo hiriendo
a la gente y haciendo lo que le da la gana. Es un egoísta. No te ha llamado, ¿verdad?
Porque si ya te ha llamado, voy a subirme al primer avión con destino a Nueva
York y le daré...
—Mamá,
¿puedes decirme qué pasa, por favor? —me incorporé en la cama mientras
ella seguía despotricando sobre mi padre. Era su pasatiempo favorito: inventar
nuevos insultos para el que un día fue su marido.
—Lo siento.
Me he dejado llevar. Tu padre se va casar, Lali, con esa putilla nueva
suya —dijo con un suspiro. Me había preparado para algo así, quizá no tan
pronto, pero sabía que se había mudado para estar más cerca de una mujer a la
que había conocido durante un viaje de negocios. Pensaba visitarle una semana
durante el verano, si él tenía tiempo. Era patético que tuviese que esforzarse
en buscar tiempo para pasarlo conmigo, pero al fin y al cabo era mi padre.
Hasta el año pasado, habíamos vivido en la misma casa. Aunque al principio le
odiaba, con el tiempo quise recuperar mi relación con él.
—Vale...
—empecé, intentando filtrar mis palabras con cuidado para hablar con mi madre.
Se volvía loca si le defendía. A mí tampoco me gustaba que me recordase que
también me había abandonado. Sabía lo que había hecho.
El día que
firmaron los papeles me dijo que se había quedado con ella hasta que fui mayor.
Planeaba dejarla en cuanto yo fuese a la universidad, pero a causa de algunos
imprevistos tuvo que marcharse un poco antes. Dijo que nada de eso era culpa
mía. Que me quería y que estaba orgulloso de mí. Necesitaba creerlo. Me aferré
a ello esa noche, tumbada en la cama oyendo llorar y gritar a mi madre mientras
lanzaba cosas a la otra punta de la habitación. —Sabíamos que iba en serio
cuando se mudó allí para estar con ella. ¿Cuándo planea casarse?
—¡Te aseguro
que yo no esperaba que tu padre, con cuarenta y siete años, se casara con una
zorra de veintitrés! ¿Qué pensará todo el mundo? Destrozará nuestra reputación.
La gente lo descubrirá y hablará. No podrás poner un pie en la ciudad sin
que susurren a tus espaldas. Esto nos arruinará, Lali. ¡Nos arruinará!
—¿Veintitrés?
—me encogí un poco al oírlo. ¿Qué hacía mi padre prometido con una chica sólo
cinco años mayor que yo? Era simplemente... repugnante. Mi madre siguió
despotricando e insultando a mi padre mientras yo permanecía sentada mirando al
frente. El mensaje «El hogar está donde reside el corazón» estaba enmarcado y
colgaba de la pared azul, burlándose de mí. ¿Hogar? ¿Qué hogar? ¿La casa de mi
madre, donde nunca había paz? ¿El apartamento de mi padre en Manhattan?
Medía unos ciento cincuenta metros cuadrados y se iba a mudar con su nueva
esposa, de edad universitaria. Empecé a llorar cuando noté el olor a café que
venía del pasillo. Oía a mi tía y mi tío charlando alegremente y también sentí
el aroma del beicon friéndose. Éste era mi hogar. El hogar que nunca había
conocido.
—¿Me has
oído, Lali?
Me sacudí de
encima el sentimiento de autocompasión que empezaba a invadirme y me aclaré la
garganta.
—Lo siento,
mamá, ¿qué decías?
—Quiere que
vayas a Nueva York para la boda. ¿Te lo puedes creer? Mi niña en
Nueva York. Le dije que no. Que no ibas a querer asistir a esa
ridícula boda, pero él insistió en que quería hablar contigo. Prepárate
para su llamada. La pequeña perra quiere queseas dama de honor. ¡Pero si ni
siquiera la conoces!
—Vale, mamá.
Gracias por avisarme. Tengo que colgar. Te llamo luego. Euge me está
esperando para salir a correr.
Mi madre se
tragó la mentira y yo me dejé caer otra vez sobre la almohada. ¿Podían empeorar
las cosas? El teléfono fijo sonó y oí contestar a mi tía. No tuve que escuchar
para saber que era mi madre contándoselo todo. Sabía que mi tía me cubriría las
espaldas si mi madre mencionaba lo de salir a correr con Euge. Ella me
entendía. Siempre lo había hecho. Me acurruqué otra vez bajo las sábanas y
cerré los ojos. Por ahora, podía fingir que éste era mi hogar, que estaba
en un lugar seguro y feliz. Al entrar en la cocina varias horas después,
el vago aroma del beicon seguía en el aire. Euge estaba de pie en pijama junto
a la encimera, con el pelo revuelto, sirviéndose una taza de café.
—Buenos días
—dije, deteniéndome junto al armario para coger otra taza para mí.
—Oh, pero si
es mi compañera de deporte. —Su tono de voz burlón me hizo reír.
—Ah, sí.
Perdona. Necesitaba una excusa para colgar. –Ella rió y me pasó el café.
—No pasa
nada. Según lo que ha escrito mi madre, te ha encubierto —respondió, señalando
la nota que estaba encima de la barra. Alargué la mano y la cogí.
Buenos días, chicas: Espero que
hayáis disfrutado de vuestro ejercicio matinal. Tengo que confesar que cuando
Caroline llamó esta mañana y dijo que habíais salido acorrer, me sorprendí un
poco. Hubiese jurado que las puertas de vuestras habitaciones estaban bien
cerradas, y vosotras dentro. Pero no os preocupéis, no he compartido esa
información con mi hermana. Está convencida de que habéis disfrutado de una
buena carrera antes de volver a casa para comer el beicon y los huevos que
os he preparado. Con cariño, Mamá
Sonreí para
mí misma y volví a dejar la nota.
—¿Cómo lo
hace tu madre para ser tan genial cuando la mía es una psicópata
trastornada? —pregunté,tomando un sorbo de mi café solo. Mi prima no se molestó
en negar la locura de mi madre. Me ofreció una mueca triste y se encogió de
hombros.
—¿Por qué te
ha llamado tan temprano?
Dejé la taza
en la mesa. La verdad es que no quería hablar del tema, pero sabía que
comentarlo con alguien que no fuese mi madre me ayudaría a tomar una decisión.
—Mi padre se
va a casar.
A Euge se le
abrieron los ojos como platos y apoyó los dos codos en la encimera, mirándome
fijamente durante un momento. Intentaba evaluar mi reacción a semejante
noticia.
—¿Ya te lo
esperabas, no? — preguntó vacilante.
—Sí, pero no
tan pronto y menos con una chica sólo cinco años mayor que yo.
Se quedó con
la boca abierta.
—¿El tío
Nolan está prometido con una chica de veintitrés?
Sonaba
ridículo, en voz alta. Mi padre no era un hombre atractivo. Sí, le quería,
pero era viejo y se estaba quedando calvo. Por no mencionar la tripa que
tenía.
—Es de
locos, ¿eh?
—Sí, es
increíble... ¿Estás bien? ¿Te va a llamar?
No estaba
segura de haber estado bien nunca, incluso cuando mis padres vivían en
casa. Se peleaban continuamente. Casi todos mis recuerdos incluían escenas en
las que mi madre gritaba a mi padre.
—Estoy bien.
Se supone que me llamará hoy. Su prometida... quiere que sea dama de honor. Ni
siquiera la conozco. Creo que le preguntaré si puedo ser su padrino, o su
madrina. Creo que un esmoquin me sentaría bien. - Euge soltó un suspiro y rodeó
la barra para ponerse a mi lado. Me envolvió la cintura con un brazo y apretó.
—Cuando
quieras hablar, despotricar o llorar, estaré aquí. - Los ojos se me llenaron de
lágrimas me tragué el nudo que tenía en la garganta. No me gustaba que la
gente pensara que era débil. No estaba acostumbrada a compartir mis sentimientos;
me los guardaba dentro y me enfrentaba a ellos a solas. Pero saber que
tenía a alguien al lado que se preocupaba por mí significaba mucho, más
incluso de lo que podría imaginarse. Apoyé la cabeza contra la suya y
contemplamos el patio trasero juntas, en silencio. No había mucho que decir. El
simple hecho de tener a alguien junto a mí hacía las cosas mucho más fáciles.
me encanta sta nove¡! seguila please q no me puedo aguantar, nena me tenes reenganchada a esta historia jjjj atte_Carla
ResponderEliminarAl fiiiin pudee leerlo!! Jajajaajaa mee encanta la novee encerioo!! QUIERO LALITER!
ResponderEliminarHola soy nueva lectora y me encanta esta nove. Me lei todos los caps en un dia y me quede con ganas de mas así que sube otro cap porfavor que no me puedes dejar asi me estoy desesperando al no poder leer mas! Besos guapa
ResponderEliminarHoli holi¡ bueno nay cuando pensás subir ah? Dale no seas mala y subinos nuevo capitulo q me tenes cm una acosadora entrando todo el tiempo a tu blog para ver si subiste jjjj
ResponderEliminarPor cierto soy maria (:
Una tras otra lali lali ya se feliz yaaa jejejej
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