lunes, 18 de agosto de 2014

Curando al corazón - cap. 27

Os dejo este capítulo de regalo para que veais que no soy tan mala y porque Jenu me coconvenció Jeje ;) Espero muchos comentarios ehh :*


Al registrar sus palabras, le solté. No ofreció ninguna explicación ni disculpa. Salió corriendo, dejándome sola. Mis sentimientos ya estaban hechos jirones, así que deducí que debía de haberle ocurrido algo malo a Euge. El pánico hizo que saliese corriendo. Me detuve en cuanto vi a Peter agacharse detrás de Eugenia y retirarle el pelo de la cara con cuidado. Estaba vomitando. Peter le limpió los labios luego dobló el trapo y empezó a lavarle el semblante pálido. 
—Estoy aquí, Eu. No pasa nada — murmuró al colocar la cabeza de la chica contra su pecho. A pesar de que sabía que estaba enferma, me invadió una oleada de celos. No me gustaba verle tan tierno y protector con ella. Dando un paso adelante, pregunté: 
—¿Estás bien, Euge? – Peter levantó la cabeza, pero no le devolví la mirada. No estaba segura de poder hacerlo. Mi prima me miró y suspiró. 
—Tengo una migraña. Demasiado sol, y Nico ha cogido el coche y ha salido hacia la tienda a comprar algo para el dolor. 
—¿Puedo ayudarte? —pregunté. 
—Ya estoy yo con ella, Lali. Puedes volver a la tienda. —El tono exigente de Peter me partió aún más el corazón. No podía quedarme aquí mirando. Euge estaba enferma, pero en buenas manos. Los chicos Lanzani cuidaban de ella. 
—Vale —respondí y me di la vuelta para regresar a la tienda. No soportaba la idea de tener que entrar. Los recuerdos de la noche anterior estaba ahí. Tenía que olvidarlos. Mi vida volvía a estar fuera de control. No necesitaba que Peter Lanzani me rompiese el corazón. Mi padre ya estaba haciendo un buen trabajo por su cuenta. Quería a los dos hombres de mi vida, pero no había sido suficiente para ninguno de los dos. Nunca sería su primera opción. Otra lágrima me rodó por la cara. Antes de que alguien me viese, abrí la tienda y me arrastré dentro. Moví mi saco de dormir a una esquina, lo más lejos posible de Peter, me enrosqué en su interior y lloré. Lloré porque mi padre no me quería. Lloré porque mis sueños sobre la universidad se habían escurrido entre mis dedos. Lloré porque me había permitido creer que él podría enamorarse de mí.
Me desperté temprano y eché un vistazo a Peter. Dormía profundamente en su saco de dormir. El daño que me había infligido la noche anterior no le había quitado el sueño. Cogí mis cosas y salí de la tienda en silencio. No quería estar con él cuando despertase.
 —Has madrugado —Agus estaba arrodillado junto al fuego, añadiendo troncos nuevos. Me pasé la mano por el pelo, incómoda, y asentí. —Tengo café. ¿Quieres un poco? – preguntó, poniéndose de pie y alzando la jarra para enseñármela. 
—¿Cómo lo has preparado? —  pregunté, acercándome a él. Olía a café. 
—He traído una cafetera. He utilizado la electricidad de los baños— explicó, sirviéndome una taza—Tendrás que beberlo solo. No tengo ni leche ni azúcar —dijo, ofreciéndome la taza.
—Siempre lo bebo solo —respondí, tomé un sorbo. Agus arqueó las cejas. 
—¿En serio? Qué mujer. – Puse los ojos en blanco y me di la vuelta para ir a vestirme a los baños. —¿Qué? ¿No me merezco las gracias? – Le miré por encima del hombro. 
—Gracias. – Sonrió con suficiencia y sacudió la cabeza. 
—Siempre será igual, sabes. Nunca lo superará. Siempre será ella. – Me detuve y respiré hondo mientras el cuchillo que me había clavado en el estómago me provocaba tanto dolor que me impedía moverme.
—No estoy siendo cruel. Sólo soy sincero. Pierdes el tiempo. – Asentí con brusquedad; y me obligué a mover los pies. Tenía que alejarme. Basta de verdades. Había tenido más que suficientes durante las últimas doce horas. Necesitaba un descanso.

Peter
Había metido la pata a lo grande. Las viejas costumbres son difíciles de romper y mi necesidad de ayudar y proteger a Euge era una costumbre muy vieja. La noche anterior, cuando Nico me dejó con ella y me pidió que la cuidase mientras iba a comprar alguna medicina, eché un vistazo a su tez pálida me entró el pánico. Tenía que ser yo el que lo calmase. Fue como si se encendiese un interruptor dentro de mí. Cuando llegó Nico y Euge se acurrucó en sus brazos, mientras él la acunaba y la sosegaba, la realidad de la situación se me echó encima. Yo había sido un sustituto. No se había aferrado a mí de la misma forma. Nunca volvería a hacerlo. Era la chica de Nico. Al entrar en la tienda de campaña y ver a Lali hecha una bola lo más lejos posible de mi saco de dormir, me quedó todo bien claro. Comprendió lo que yo no había comprendido hasta que fue demasiado tarde. Sólo veinticuatro horas antes, había estado tocando y besando su cuerpo en lugares que nos habían ofrecido nuestra primera experiencia real con el placer. Estuve tentado de abrazarla con fuerza mientras dormía, pero sabía que mis caricias no serían bienvenidas. Había sido seco y maleducado cuando preguntó por Eugenia. Al recordarlo, comprendí que en realidad no quería que me viese cuidando de Euge. Quería que se fuese, para que no me viera tratando a su prima con una ternura que nadie más me había suscitado. Ese rato que yació en mis brazos fue mi momento secreto con Eugenia, mi viaje atrás en el tiempo. La llegada de Lali despertó algo en mi interior, algo que no quise entender. Verla ahí, de pie con los ojos abiertos de par en par, me hizo sentir que aquellos instantes con Euge estaban mal. Me confundió. Cuando desperté ya no estaba en la tienda, y se había pasado el día ignorándome. No sabía qué decirle. ¿Cómo explicarle lo de anoche? ¿Cómo solucionarlo? Desde que salimos de excursión por la mañana, había estado liderando el grupo como una mujer decidida a salirse con la suya. No conseguí alcanzarla. Se había negado a mantener el contacto visual conmigo yo era demasiado gallina para obligarla a hacerme caso.
—¿Por qué no podíamos quedarnos en el campamento con Euge y Nico? — rezongó Heidi detrás de mí. 
—Porque Euge se está recuperando de su migraña de anoche y Nico está cuidando de ella. Confía en mí, necesitan intimidad. Al menos, él —dijo Agus entre risas. 
—Está enferma, Agus. No se va a tirar a Nico en el suelo de la tienda —  bufó Heidi. 
—¿Quién dice que será en el suelo? —replicó Agus. No estaba de humor para escucharles hablar de la vida sexual de
 
Mi hermano y Euge. Aceleré el ritmo hasta que estuve a pocos pasos de Lali. Los pantalones cortos que llevaba le marcaban el culo cada vez que daba un paso. Lo había acariciado hacía poco, pero empezaba a dudar de que fuese a tener otra oportunidad. La idea me preocupaba. No, no me parecía bien. No estaba preparado para despedirme de ella. Aún no había llegado agosto. No estaba listo para alejarme de Lali. 
—¿Volverás a hablarme algún día? —pregunté. Hizo una pausa antes de seguir caminando por la subida.
—Claro. ¿De qué quieres hablar? — respondió en tono aburrido. 
—Lali, por favor, frena un poco y habla conmigo —imploré. No frenó. Si acaso, apresuró el paso. De seguir así, acabaría por echarse acorrer. 
—Nada de qué hablar, Peter. Prefiero andar. – Alargué el brazo y le cogí la mano para que se detuviera. Intentó soltarse, pero me mantuve firme. —Déjame —rugió, levantando por fin los ojos para mirarme. El sufrimiento que escondían hizo que me temblasen las rodillas. Mierda. ¿Qué demonios había hecho? 
—Por favor, Lali, por favor, habla conmigo —supliqué, salvando la distancia que nos separaba. 
—Seguid andando, gente. Aquí no hay nada que ver. Dejad que Peter intente arreglar el lío que ha montado— anunció Agus mientras los otros nos adelantaban. Cuando se alejaron lo suficiente, dejé que Lali se soltara. 
—Vale. Habla —dijo cruzándose de brazos como si quisiera protegerse. 
—Anoche... —empecé a decir, buscando la forma de explicárselo sin empeorar las cosas.
—Te ayudaré, ya que parece que se te ha olvidado cómo se habla — interrumpió ella—. Anoche, Euge enfermó y tuviste una excusa para abrazarla y cuidarla. Entraste en modo protege-y-consuela-a-Eugenia, porque la quieres. Nada ni nadie te importaba, porque la amas. Ella te necesitaba y corriste a su lado sin dudarlo. No dejaste que yo la ayudase, porque no soportabas la idea de perder una oportunidad de tenerla en tus brazos.

7 comentarios :

  1. me encanto!!!!! "Por favor, Lali, por favor, habla conmigo " no puede ser más akskdjf Nayla espero el siguiente con ansias me tienes enganchada a mas no poder. Te amo por subirnos este capi y no eres mala todo lo contrario ere s un pan de dios jjjjj besos Guapa, cuidate :]]

    ResponderEliminar
  2. Me encanto!! Muchas gracias Nayla por subir otro te adoro, tengo muchas ganas de leer el siguiente capitulo, y espero que Lali le haga sufrir algo a Peter. Jenu

    ResponderEliminar
  3. MUY BUENA TU NOVELA, ME RE COPA

    ResponderEliminar
  4. Te odio, simplemente eso! Como la vas a dejaar ahii??! COMO ME DUERMO AHORA???!! Si mañana subes 3 yo subo otros 3, contesta al grupo cuando veas esto ❤

    ResponderEliminar
  5. Che nay subí otro no nos dejes así.. te keremos dale subiii :'(
    Carla

    ResponderEliminar
  6. Eso así me gusta has que te respete Peter así habrira los ojos jejeje

    ResponderEliminar