Chiquillas mias! os dejo otro capítulo a insistencia de mis adoradas Cori y Jenu Jaja gracias a todas las que comentais os Amodoro Guapuras!
Era enorme.
En medio de la estancia había dos grandes sofás de cuero negro, justo delante
de una gigantesca pantalla plana que colgaba de la pared. Una nevera
carmesí con una pegatina de la Universidad de Alabama descansaba en el ángulo izquierdo
de la habitación, y a su lado había una encimera negra completa, con fregadero
y todo. La otra pared, del suelo al techo, estaba ocupada por estanterías
y más estanterías llenas de trofeos. Junto a las copas y las medallas también
había camisetas de fútbol enmarcadas. Debajo del televisor, una mesa negra y
estrecha con una Xbox y una Wii. Junto a las consolas había un montón de fotos,
todas con sus respectivos marcos. Tenía que haberlas puesto ahí la madre de Peter, porque
no me lo imaginaba a él colocándolas ahí para decorar la mesa.
—¿Tienes
sed? —preguntó, abriendo la nevera— Parece que Loretta ha venido esta semana.
La nevera está a tope. ¿Cola, limonada, bebida energética o una botella de
agua?
—¿Loretta?
—repetí, confundida.
—La señora
de la limpieza. También hace la compra.
—Ah. —Vaya,
¿así que había gente que tenía señoras de la limpieza que también les hacían la
compra? Qué suerte— Mmm, un poco de agua —dije.
Me dirigí a
las estanterías y empecé a leer las placas de los trofeos. Ahí estaba el premio
al mejor jugador del equipo, que debía de ser el más popular de todos los
que había conseguido.
—Aquí tienes
—me pasó el agua y observó las estanterías. —Lo decoró mi madre. Quería
tener un lugar donde exponerlo. Intentó convertir una de las habitaciones
de invitados en una especie de «Santuario de Peter», pero mi padre no estuvo de
acuerdo. Le sugirió que lo metiese todo aquí abajo y a mí me pareció
bien, porque al menos estaría un poco escondido.
—Hay un
montón —respondí, tomando un sorbo de agua.
—Sí —repuso,
y señaló el sofá con la cabeza —Ven a sentarte conmigo. Podemos alquilar una
peli en Internet.
Le seguí
hasta uno de los sofás de cuero. Dejó su bebida energética en la mesa, cogió mi
agua y la colocó a su lado.
—Ven aquí.
—Su voz se había convertido en un susurro ronco que me aceleró el pulso. Dejé
que me sentara en su regazo. —mmm, he estado pensando en esta boca todo el
día —me dijo antes de poner sus labios sobre los míos. Le lamí el labio
inferior y lo abrió para mí, dejando que lo saborease sin prisa. La delicada
presión de su boca era perfecta y me hizo sentir un poco eufórica.
Sus dedos
recorrieron mis muslos hasta que sus manos llegaron a mi trasero. Uno de sus
dedos resiguió la tira de mis braguitas.
—Me gusta
mucho esta falda — murmuró contra mis labios. – Ahora mismo, a mí también
me gustaba. Mi respiración se volvió entre cortada cuando deslizó una mano por
debajo de ella. Me acarició con una mano, mientras la otra seguía por mi pierna
hacia la cara interna de mi muslo. Sabía cuál iba a ser su siguiente paso. Lo
que no sabía era si iba a dejar que llegase tan lejos.
Entonces
jadeó contra mis labios mientras sus dedos tocaban el interior de mi muslo y
mis piernas se separaron por su cuenta. El beso lento y lánguido se convirtió
en algo frenético mientras los dos nos esforzábamos por calmar nuestra
respiración. Su mano subió más y más por mi muslo. Algo muy parecido a un
ruego escapó de mi garganta. Peter se apartó un poco y su respiración acelerada
me arrancó un hormigueo de placer. Me encantaba saber que le provocaba esta
reacción. Me besó el cuello hasta llegar a la curva del hombro. Y se quedó muy
quieto.
Su aliento
ardiente caía sobre mi escote, en mi pecho. Su mano volvió a moverse con
lentitud. Me acarició y murmuró algo en mi cuello, pero no pude concentrarme lo
suficiente para entenderlo. Mi cerebro estaba sumido en una neblina y el
corazón me golpeaba contra el pecho. El impulso de moverme era muy
poderoso.
—Uf —resoplé
casi sin aliento.
—Eres tan
suave —susurró con voz tensa mientras me besaba en el cuello, donde había
enterrado la cabeza.
Deslizó la
otra mano por mi pierna y la separó un poco más. Me acarició con delicadeza y
empecé a derretirme en sus brazos.
—Así, así
—me animó mientras me aferraba a él, gritando su nombre y deseando que no
acabase nunca. Cuando recuperé por fin el aliento, sus dedos me abandonaron y
me puso bien la falda. Después me meció en sus brazos, susurrándome
cosas al cuello entre besos y mordisquitos. Al final, Peter levantó la cabeza de
la delicada piel de mi cuello, que había amado tan minuciosamente.
—Eso ha
sido... Eso ha sido... Vaya —susurró antes de apoderarse otra vez de mi
boca. Después de un beso largo y sin prisas, Peter me tumbó en el sofá y se
echó a mi lado. —Vamos a ver la peli —dijo entono provocador.
Le pasé una
mano por debajo de la camiseta y le besé la mandíbula.
—Creo que
aún no hemos acabado.
JURO QUE VOY A MATARTE!!!! como me la puedees dejaaar ahiii???!!! Te gusta hacermeee sufrir MALAA PERSOOONAAA!!!!! TE ODIO NAYLA!
ResponderEliminarPD:Tequiieroo!! ♡♡
Para empezar gracias por subir otro capitulo, te amodoro Nayla.
ResponderEliminarY segundo no lo podes dejar así!! Me encanto el capitulo, espero el siguiente capitulo =)
Jenu.
Oo q zarapadita lalita ahh subí el siguiente kero ver q pasa :3
ResponderEliminarsoy carla
Pitt es un calienta bragas jjjj le dejo a lalu con ganitas.. sube el siguient ya¡!
ResponderEliminarUmmm un poco juguetón mm
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