Bueno amores os dejo un capítulo más, y muchas gracias a Carla, Cori, María y al anónimo por leer y comentar :´) no os enfadéis mucho con Lali eh jeje, besazos y disfrutar del capítulo y si queréis que os avise cuando suba nuevo capítulo dejarme vuestros twitters :*
—Lali —di un
paso hacia ella, pero sacudió la cabeza y salió corriendo. Quería ir a
buscarla, pero Gastón se interpuso.
—No. No
dejaré que le hagas esto. Pensaba que tal vez eras sincero y estaba dispuesto a
echarme atrás y dejar que te la quedaras. Pero tus intenciones no eran
buenas. Si lo fueran, no hubieses podido soltar lo que acabas de decir a voz
en grito, sin importarte que ella pudiera oírte.
—Apártate,
Gastón —grité e iba a empujarle, pero una mano me agarró el hombro.
—Deja que vaya
con ella. Ya has hecho suficiente. —Nico no iba a soltarme. Tendría que
pelearme con él y acabaríamos los dos en el calabozo. Derrotado, me di la
vuelta y caminé hasta el coche a grandes pasos. Esperaría a que empezase el
concierto, y cuando Nico estuviese distraído, la encontraría. Tenía que
hacerlo. El desconsuelo que vi en sus ojos era más doloroso de lo que nunca
hubiese imaginado.
Lali
—¡Lali,
espera! —gritó Gas a mi espalda. Por mucho que no quisiera que me viese llorando
por Peter, no podía seguir huyendo de él. Aquella noche, era mi pareja. Me
detuve y me apoyé en la pared de ladrillo, junto a los servicios. Gas se
paró delante de mí con una expresión preocupada en la cara que me hizo sentir
peor.
—Lali, lo
siento.
—¿Por qué?
No has hecho nada, excepto cometer el error de invitarme a salir. – Alargó la
mano y me acarició la cara, secándome las lágrimas con el dedo.
—Invitarte a
salir no ha sido ningún error. –Solté una risa triste.
—Sí,
claro.
—Lo digo en
serio. —Soltó un suspiro y me cogió de la mano
—Hoy, en el
barco, me he dado cuenta de que te gusta Peter. Excepto Euge, el resto de la
población femenina de Grove le va detrás, así que no es nada nuevo. Pero no
esperaba que él encontrase la manera de apuntarse al concierto.
Había sido
una idiota al creer que había venido por mí. Era triste lo ingenua que podía
llegar a ser.
—Soy una
estúpida —susurré a través del nudo que tenía en la garganta.
—No,
eres inteligente, guapa y divertida. –Le sonreí y me enjugué el resto de las
lágrimas.
—Gracias.
—¿Estarás
bien?
—Sí, sólo
necesito estar un momento a solas. Si te parece bien. –Gas asintió.
—Desde
luego, nos vemos en los asientos.
—De acuerdo.
Me lavé la
cara con agua fría y me sequé con un poco de papel. El maquillaje había
desaparecido, y mi cara estaba roja. Llevaba polvos y colorete en el
bolso, pero me lo había dejado en el coche. Seguramente, Peter lo habría
cerrado, aunque también era cierto que la gente del sur de Alabama no
acostumbraba acerrar sus vehículos con llave. Al menos podía comprobarlo y
devolver mi cara a su tono pálido natural. Busqué el Mercedes en el que habíamos
venido en la fila D del aparcamiento. No me di cuenta de que la puerta
estaba abierta hasta que tuve a Peter justo delante de mí.
—Lali —dijo
sorprendido. Reculé un poco y me dispuse a huir otra vez al baño para
llorar un poco más, porque era tan perfecto que dolía mirarle —Lali, por favor,
no te vayas. Tengo que hablar contigo.
—Ya has
dicho más que suficiente.
—Lali. —Me
agarró del brazo y me sujetó la cara entre las manos, acariciándome suavemente
las mejillas con los pulgares. —Soy un imbécil —dijo, y tuve que reprimir
el impulso de asentir con la cabeza—. Lo que he dicho suena peor de lo que es.
No me estaba refiriendo a ti, ni a cómo me siento contigo.
—¿De verdad?
Porque eso es justamente lo que parecía —le espeté.
—Leann me
estaba acusando de no haber amado nunca a Eugenia. Me decía que para mí era un
trofeo o una propiedad. Y he explotado. —Peter cerró los y soltó un
suspiro frustrado—Contigo las cosas son diferentes, no estoy seguro de qué es,
pero cuando estás cerca de mí siento algo que nunca había sentido. Te deseo. Y
mucho. Me asombra y también me aterroriza. Seguramente no te merezco. Puede que
lo que siento esté mal. Porque yo quería a Euge, la quería de verdad. Ella era todo
lo que necesitaba... pero nunca sentí el deseo incontrolable de poseerla. Nunca
inventé razones para que enrollara las piernas en mi cintura y así poder
sentirla apretada contra mí. Nunca —dijo tragando saliva—Nunca pensé en
hacerle el amor de la misma forma que a ti.
Le estaba
mirando tan fijamente que me olvidé de respirar. Peter parecía debatirse entre
el miedo y el anhelo. El chico encantador del que me había enamorado hacía años
estaba allí, escondido debajo del otro hombre en el que se estaba convirtiendo
lentamente.
—No soy
digno de ti. No sé por qué te deseo tanto. Estaba enfadado conmigo mismo cuando
dije todo eso, porque te deseo como nunca había deseado nada. Antes sólo quería
sobresalir en el fútbol americano y sacar buenas notas en la escuela. Quería
que mis padres estuviesen orgullosos de mí. Pero ahora también quiero otras
cosas. Me afectas de una manera que no soy capaz de entender. – Me puse de
puntillas y le hice callar poniendo mis labios sobre los
suyos, pero antes de que pudiese abrazarme di un paso atrás e interrumpí
el beso.
—Gracias por
explicármelo — respondí, mientras él me observaba intentando comprender el
por qué del beso y de su súbita interrupción—Sé que querías, o quieres, a
Euge. Te vi crecer adorándola. Es sólo que... No sé si puedo soportar que
coquetees conmigo un momento y al siguiente estés de mal humor o te entren
ataques de ira por culpa de Euge y Nico.
—Lo entiendo
—dijo Peter alargando el brazo para enlazar sus dedos con los míos—No
estoy listo para una relación, pero me gustaría disfrutar del verano.
Antes de que llegases, no estaba seguro de si me iba aquedar hasta el mes de
agosto. Pero ahora que estás aquí ya no quiero marcharme. Me gustaría disfrutar
de este último verano sin preocupaciones a tu lado. –Eso no era exactamente lo
que deseaba cuando decidí venir aquí, pero era mucho más de lo que esperaba.
Quizá Peter encontraría la forma de seguir adelante. Además, necesitábamos tiempo
para conocernos sin Euge entre los dos.
—A mí
también me gustaría. Pero no quiero juegos. No los entiendo. —No podría
soportar que me tratase como antes y a la primera de cambio se pusiera
como una furia por culpa de Euge. Mi corazón tenía un límite.
—Nada de
juegos —dijo apoyando la mano en mi cadera y arrimándome a él. Bajó la cabeza y
empezó a besarme la nariz, las mejillas y la frente.
Me estremecí
al sentir su cálido aliento haciéndome cosquillas sobre la piel. Me
obligué a separarme de él. Si seguía así, acabaría dejándole que hiciese lo que
quisiera. No necesitaba un beso apasionado apoyada contra su coche. Tenía que
superar el dolor de saber que para él nunca pasaría de ser una simple
distracción veraniega.
No voy a matar a nadie pq el capitulo ME ENCANTO! Subiii otrooooooo pleeeeaseeee!!!! ♡♡♡
ResponderEliminar@Coraimaaleman94
jaja me alegro de que te guste ahora mismo subo otro capi ;)
Eliminarwuuu me reencantó! Lali es un poco boluda pero buee me encanto el capi(: wiii subí otro ahora please, sorry pero sq me reenganché:( jiji atte:maria
ResponderEliminarHola María!!! ;) ahora subo otro :*
EliminarAún no lo perdones lali deja que sufra un poco más jejeje, wauu que lindo capítulo
ResponderEliminar