martes, 19 de agosto de 2014

Curando al corazón - cap. 30


Bueno chiquis os dejo ootro capítulo antes de irme a dormir zZZ jaja os amodoro <3 y bienvenida Mariana :) comentar muchooo :* 

El agua dejó de correr y yo me volví a sentar en la cama y esperé. Cuando saliese del baño, le explicaría mis sentimientos con sinceridad. Se abrió la puerta y Lali salió, su pelo envuelto en una toalla. Se había puesto los pantalones cortos y la camiseta de tirantes otra vez. El recuerdo de aquella increíble noche en la tienda de campaña me tenía desesperado, quería repetirlo. No estaba listo para dejarla marchar. 
—He pedido la cena. No sé lo que te gusta, así que he pedido uno de cada. Lali asintió, se quitó la toalla de la cabeza y empezó a secarse el pelo en silencio. Deseaba que hablásemos y escuchar su risa de nuevo. —¿Podemos hablar de lo de anoche? —pregunté. Lali dejó caer las manos y bajó la vista al suelo. 
—Ahora mismo no. Sólo quiero comer y dormir. Nada de hablar.
Estaba dispuesto a suplicar, pero la expresión de agotamiento que tenía en los ojos cuando levantó la vista me detuvo. Hablaríamos mañana.

Lali
La luz del sol se filtraba por la ventana, y un brazo me sujetaba con fuerza mientras otro me mantenía pegada a la cama. Peter se había enroscado a mi espalda en algún momento de la noche anterior. Comí la hamburguesa con queso que me pidió, y también un par de bocados de pastel de chocolate y después me hice un ovillo en la cama, lo más lejos posible de él, y me quedé dormida al instante. Ahora seguía estando en mi lado de la cama, pero tenía a Peter pegado a mí. Se me aferraba como si yo fuese su salvavidas. Iba a moverle el brazo para poder levantarme e ir al baño y poner algo de distancia entre los dos. A pesar de que esta mañana tenía mis emociones algo más controladas, no me sentía preparada para acurrucarme a su lado. Todavía no. Aunque oliese delicioso. La sensación de seguridad que ofrecían sus brazos era engañosa. Otra forma de provocarme aún más sufrimiento. 
—No. Por favor, deja que te abrace un poco más —me musitó en el pelo. 
—Estás despierto —respondí. 
—Mmm, estoy disfrutando mucho. Por favor, un rato más. – Sonreí por primera vez desde el incidente con Euge. 
—Puedes divertirte sin mí —dije en tono de broma. Se quedó inmóvil un segundo antes de aproximarse más y mover la mano de manera que su palma me cubrió el estómago desnudo, que me había quedado al descubierto mientras dormía.
—No puedo pasarlo bien sin ti. Es a ti a quien estoy disfrutando —susurró con voz grave y soñolienta mientras me daba un mordisquito en el lóbulo de la oreja.
—¡Ah! —chillé, y Peter soltó una risa ahogada; su aliento me hizo cosquillas en el cuello y en la oreja, provocando que se me pusiera la piel de gallina. 
—Te echaba tanto de menos — respondió en un tono más serio. No hacía falta puntualizar que había estado con él tres días. Sabía a qué se refería. Me había encerrado en mí misma, mental y emocionalmente. Esta mañana no me dolía el pecho y podía respirar con normalidad. Quizá se debía a que Peter me envolvía con sus grandes brazos, ofreciéndome una falsa sensación de seguridad. 
—¿Puedo ir al baño, por favor? —  pregunté, haciéndole cosquillas en el brazo con las uñas. 
—¿Prometes que vas a volver? – Había planeado meterme en la ducha y vestirme. Sin embargo, por mucho que odiase admitirlo, yo también le había echado de menos. 
—Sí, si es lo que quieres. 
—Quiero —me murmuró al odio y me depositó un suave beso en la sien.

Peter
—Trae la botellita de enjuague bucal —dije cuando oí que se abría la puerta del baño. Lali alargó la mano y me entregó la botella. 
—Aquí tienes. – La abrí y tomé un sorbo, lo moví un poco por la boca y me lo tragué. 
—¡¿Te lo has tragado?! – Con una sonrisa, la cogí de la cintura la arrastré para colocarla encima de mí. 
—Diría que sí. Seguramente necesito el boca a boca para que me salves de envenenarme —bromeé, incorporándome un poco y mordisqueándole el labio inferior. 
—El boca a boca no te salvará de un envenenamiento. Lo que necesitas es un lavado de estómago —explicó, besándome en la comisura de los labios. 
—Mmm..., bueno, suena a mucho trabajo. Lo pensaré luego —deslicé las manos por su cabello desordenado y guié su boca hasta la mía. Justo cuando Lali abrió la boca para dejarme pasar, su móvil empezó a sonar. Rompió el beso. Y yo necesitaba ese beso, para asegurarme que no se había perdido... lo que fuese que había entre nosotros.
—No contestes —supliqué, besándole la barbilla. Lali rió con suavidad, se agazapó en mis brazos y me dejó probar su boca con sabor a pasta de dientes de menta. Pero en cuanto el móvil dejó de sonar, volvió a empezar. Lali levantó la cabeza, frunció el ceño y echó un vistazo al teléfono. Tuve que contenerme para no agarrar el aparato y arrojarlo contra la pared para hacerlo callar. 
—Podría ser una emergencia —dijo, así que dejé que fuese a mirar. Se puso tensa en seguida y me incorporé para ver quién la estaba molestando, porque era evidente que la llamada no le hacía ilusión. La palabra «Mamá» apareció en la pantalla. 
—Tengo que contestar. No parará hasta que conteste. —Se levantó de la cama
—Hola, mamá. —Su voz sonaba cansada, en vez de preocupada por la insistencia de su madre. Rodeó la cama y entró en el baño. Cuando se cerró la puerta, arrojé la almohada al otro lado de la habitación y murmuré una palabrota. No me hubiese excluido si yo hubiese estado a su lado. Apostaría lo que fuese a que aquella noche me iba contar lo que sus padres le estaban haciendo pasar. Si lo hubiera hecho, ahora no tendría que preocuparme sobre cómo solucionarlo; sabría lo que tenía que hacer. 
—¡No, mamá! —al oír que levantaba la voz salté de la cama para escuchar a través de la puerta. Estaba invadiendo su intimidad, pero la notaba alterada. Tenía una buena razón para hacerlo. Una razón más que buena.
—No quiero llamarle. No quiero pedírselo. Ha pasado página, mamá. Ahora tiene una familia nueva, nosotras somos su pasado. Olvídalo. Ya pensaré en algo. Déjalo ya. Por favor.  – ¿Estaba hablando de su padre? —Mamá, soy adulta. No puedes seguir tomando mis decisiones por mí. Ahora me toca a mí. Así que, por favor, no te metas.
Me aparté de la puerta y me coloqué junto a la ventana con vistas a las montañas que habíamos abandonado la noche anterior. ¿Por qué me importaba tanto averiguar sus problemas? No escomo si fuésemos una pareja de verdad. Me puse rígido cuando lo comprendí. No tenía ningún derecho sobre Lali. Si Gastón o cualquier otro la invitaban a salir, no podía impedir que aceptase. Otro podría acariciar la piel suave de sus brazos, sus muslos, su estómago, su... ¡¡¡Oh, no. Tenía que solucionarlo y deprisa!!!. Esto se había convertido en algo más que una aventura. Vale, tras el verano cada uno iría por su camino, pero en este momento no quería compartirla. No sería capaz de compartirla. Estaba bastante seguro de que le arrancaría los brazos a cualquier tío que se atreviese a tocarla.

5 comentarios :

  1. TE APLAUDOOOO!!!!! ahora digo yo... verdad que tu eres tan buena y vas hacer q los 2 se vallan a la misma universida verdad que si? DI QUE SI!!!!! mee encaantooo naaay!! YO SUBI CAPITULO TAMBIEN JAJA ♡♡

    ResponderEliminar
  2. Nooooooo sube otro capítulo porfa, espero que ya dejé de sufrir lali jejej

    ResponderEliminar
  3. otroooooo nay!!!!!!!!! soy carla

    ResponderEliminar
  4. no nos puedes dejar asi nay tienes q subir otro capi ahora :(

    ResponderEliminar