Al registrar
sus palabras, le solté. No ofreció ninguna explicación ni disculpa. Salió
corriendo, dejándome sola. Mis sentimientos ya estaban hechos jirones, así que
deducí que debía de haberle ocurrido algo malo a Euge. El pánico hizo que saliese
corriendo. Me detuve en cuanto vi a Peter agacharse detrás de Eugenia y
retirarle el pelo de la cara con cuidado. Estaba vomitando. Peter le
limpió los labios luego dobló el trapo y empezó a lavarle el semblante
pálido.
—Estoy aquí,
Eu. No pasa nada — murmuró al colocar la cabeza de la chica contra su
pecho. A pesar de que sabía que estaba enferma, me invadió una oleada de celos.
No me gustaba verle tan tierno y protector con ella. Dando un paso adelante,
pregunté:
—¿Estás bien,
Euge? – Peter levantó la cabeza, pero no le devolví la mirada. No estaba segura
de poder hacerlo. Mi prima me miró y suspiró.
—Tengo una
migraña. Demasiado sol, y Nico ha cogido el coche y ha salido hacia la tienda a
comprar algo para el dolor.
—¿Puedo
ayudarte? —pregunté.
—Ya estoy yo
con ella, Lali. Puedes volver a la tienda. —El tono exigente de Peter me partió
aún más el corazón. No podía quedarme aquí mirando. Euge estaba enferma, pero
en buenas manos. Los chicos Lanzani cuidaban de ella.
—Vale
—respondí y me di la vuelta para regresar a la tienda. No soportaba la
idea de tener que entrar. Los recuerdos de la noche anterior estaba ahí. Tenía
que olvidarlos. Mi vida volvía a estar fuera de control. No necesitaba que
Peter Lanzani me rompiese el corazón. Mi padre ya estaba haciendo un buen
trabajo por su cuenta. Quería a los dos hombres de mi vida, pero no había
sido suficiente para ninguno de los dos. Nunca sería su primera opción. Otra
lágrima me rodó por la cara. Antes de que alguien me viese, abrí la tienda y me
arrastré dentro. Moví mi saco de dormir a una esquina, lo más lejos posible de
Peter, me enrosqué en su interior y lloré. Lloré porque mi padre no me
quería. Lloré porque mis sueños sobre la universidad se habían escurrido entre
mis dedos. Lloré porque me había permitido creer que él podría enamorarse de
mí.
Me desperté
temprano y eché un vistazo a Peter. Dormía profundamente en su saco de
dormir. El daño que me había infligido la noche anterior no le había quitado el
sueño. Cogí mis cosas y salí de la tienda en silencio. No quería estar con él
cuando despertase.
—Has madrugado
—Agus estaba arrodillado junto al fuego, añadiendo troncos nuevos. Me pasé la
mano por el pelo, incómoda, y asentí. —Tengo café. ¿Quieres un poco? – preguntó,
poniéndose de pie y alzando la jarra para enseñármela.
—¿Cómo lo
has preparado? — pregunté, acercándome a él. Olía a café.
—He traído
una cafetera. He utilizado la electricidad de los baños— explicó,
sirviéndome una taza—Tendrás que beberlo solo. No tengo ni leche ni azúcar —dijo,
ofreciéndome la taza.
—Siempre lo
bebo solo —respondí, tomé un sorbo. Agus arqueó las cejas.
—¿En serio?
Qué mujer. – Puse los ojos en blanco y me di la vuelta para ir a vestirme a los
baños. —¿Qué? ¿No me merezco las gracias? – Le miré por encima del
hombro.
—Gracias. – Sonrió
con suficiencia y sacudió la cabeza.
—Siempre
será igual, sabes. Nunca lo superará. Siempre será ella. – Me detuve y respiré
hondo mientras el cuchillo que me había clavado en el estómago me provocaba
tanto dolor que me impedía moverme.
—No estoy
siendo cruel. Sólo soy sincero. Pierdes el tiempo. – Asentí con brusquedad; y me
obligué a mover los pies. Tenía que alejarme. Basta de verdades. Había tenido
más que suficientes durante las últimas doce horas. Necesitaba un descanso.
Peter
Había metido
la pata a lo grande. Las viejas costumbres son difíciles de romper y mi
necesidad de ayudar y proteger a Euge era una costumbre muy vieja. La
noche anterior, cuando Nico me dejó con ella y me pidió que la cuidase mientras
iba a comprar alguna medicina, eché un vistazo a su tez pálida me entró el
pánico. Tenía que ser yo el que lo calmase. Fue como si se encendiese un
interruptor dentro de mí. Cuando llegó Nico y Euge se acurrucó en sus brazos,
mientras él la acunaba y la sosegaba, la realidad de la situación se me echó
encima. Yo había sido un sustituto. No se había aferrado a mí de la misma
forma. Nunca volvería a hacerlo. Era la chica de Nico. Al entrar en la tienda
de campaña y ver a Lali hecha una bola lo más lejos posible de mi saco de
dormir, me quedó todo bien claro. Comprendió lo que yo no había comprendido
hasta que fue demasiado tarde. Sólo veinticuatro horas antes, había estado
tocando y besando su cuerpo en lugares que nos habían ofrecido nuestra primera experiencia
real con el placer. Estuve tentado de abrazarla con fuerza mientras dormía,
pero sabía que mis caricias no serían bienvenidas. Había sido seco y maleducado
cuando preguntó por Eugenia. Al recordarlo, comprendí que en realidad no
quería que me viese cuidando de Euge. Quería que se fuese, para que no me
viera tratando a su prima con una ternura que nadie más me había suscitado. Ese
rato que yació en mis brazos fue mi momento secreto con Eugenia, mi viaje
atrás en el tiempo. La llegada de Lali despertó algo en mi interior, algo que
no quise entender. Verla ahí, de pie con los ojos abiertos de par en par, me
hizo sentir que aquellos instantes con Euge estaban mal. Me confundió. Cuando
desperté ya no estaba en la tienda, y se había pasado el día ignorándome. No
sabía qué decirle. ¿Cómo explicarle lo de anoche? ¿Cómo solucionarlo? Desde que
salimos de excursión por la mañana, había estado liderando el grupo como una
mujer decidida a salirse con la suya. No conseguí alcanzarla. Se había
negado a mantener el contacto visual conmigo yo era demasiado gallina para
obligarla a hacerme caso.
—¿Por qué no
podíamos quedarnos en el campamento con Euge y Nico? — rezongó Heidi
detrás de mí.
—Porque Euge
se está recuperando de su migraña de anoche y Nico está cuidando de ella. Confía
en mí, necesitan intimidad. Al menos, él —dijo Agus entre risas.
—Está enferma,
Agus. No se va a tirar a Nico en el suelo de la tienda — bufó
Heidi.
—¿Quién dice
que será en el suelo? —replicó Agus. No estaba de humor para escucharles
hablar de la vida sexual de
Mi hermano y
Euge. Aceleré el ritmo hasta que estuve a pocos pasos de Lali.
Los pantalones cortos que llevaba le marcaban el culo cada vez que daba un paso.
Lo había acariciado hacía poco, pero empezaba a dudar de que fuese a tener
otra oportunidad. La idea me preocupaba. No, no me parecía bien. No estaba
preparado para despedirme de ella. Aún no había llegado agosto. No estaba listo
para alejarme de Lali.
—¿Volverás a
hablarme algún día? —pregunté. Hizo una pausa antes de seguir caminando
por la subida.
—Claro. ¿De
qué quieres hablar? — respondió en tono aburrido.
—Lali, por
favor, frena un poco y habla conmigo —imploré. No frenó. Si acaso,
apresuró el paso. De seguir así, acabaría por echarse acorrer.
—Nada de qué
hablar, Peter. Prefiero andar. – Alargué el brazo y le cogí la mano para
que se detuviera. Intentó soltarse, pero me mantuve firme. —Déjame
—rugió, levantando por fin los ojos para mirarme. El sufrimiento que
escondían hizo que me temblasen las rodillas. Mierda. ¿Qué demonios había
hecho?
—Por favor,
Lali, por favor, habla conmigo —supliqué, salvando la distancia que nos
separaba.
—Seguid
andando, gente. Aquí no hay nada que ver. Dejad que Peter intente arreglar
el lío que ha montado— anunció Agus mientras los otros nos adelantaban. Cuando
se alejaron lo suficiente, dejé que Lali se soltara.
—Vale. Habla
—dijo cruzándose de brazos como si quisiera protegerse.
—Anoche...
—empecé a decir, buscando la forma de explicárselo sin empeorar las cosas.
—Te ayudaré,
ya que parece que se te ha olvidado cómo se habla — interrumpió ella—.
Anoche, Euge enfermó y tuviste una excusa para abrazarla y cuidarla. Entraste
en modo protege-y-consuela-a-Eugenia, porque la quieres. Nada ni nadie te
importaba, porque la amas. Ella te necesitaba y corriste a su lado sin
dudarlo. No dejaste que yo la ayudase, porque no soportabas la idea de perder
una oportunidad de tenerla en tus brazos.
me encanto!!!!! "Por favor, Lali, por favor, habla conmigo " no puede ser más akskdjf Nayla espero el siguiente con ansias me tienes enganchada a mas no poder. Te amo por subirnos este capi y no eres mala todo lo contrario ere s un pan de dios jjjjj besos Guapa, cuidate :]]
ResponderEliminarMe encanto!! Muchas gracias Nayla por subir otro te adoro, tengo muchas ganas de leer el siguiente capitulo, y espero que Lali le haga sufrir algo a Peter. Jenu
ResponderEliminarMUY BUENA TU NOVELA, ME RE COPA
ResponderEliminarTe odio, simplemente eso! Como la vas a dejaar ahii??! COMO ME DUERMO AHORA???!! Si mañana subes 3 yo subo otros 3, contesta al grupo cuando veas esto ❤
ResponderEliminarChe nay subí otro no nos dejes así.. te keremos dale subiii :'(
ResponderEliminarCarla
♥♥ me encanto ∞
ResponderEliminarEso así me gusta has que te respete Peter así habrira los ojos jejeje
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