Curando al corazón - Cap. 48

Guapuritas aquí os dejo otro capítulo y el último de hoy, espero que os guste la canción, po cierto os dejo 3 capítulos hoy porque estoy de buen humor y porque os #Amodoro mis locas adorables!!! Así que a seguir leyendo y comentar :D

—¿No tengo idea? ¿Yo? Sí, tengo una idea. Quiero que te vayas. ¿Me entiendes? VETE. Yo. No. Quiero. Verte —gritaba, pero sabía que nadie me escucharía por sobre el ruido de afuera.

—Lali, por favor. —Me suplicó Peter y caminó hacia mí vacilantemente. 

Cerré los ojos y crucé mis brazos protectoramente sobre mi pecho. Odiaba como el sonido suplicante de su voz me tiraba hacia él.

—Si alguna vez sentiste aunque sea una pizca de algo por mí, te irás y me dejarás seguir adelante —susurré con fuerza.

Cuando no respondió, me dividí entre la alegría de que se marchaba, porque eso significaba que sintió algo por mí, sin importar cuán pequeño fuera, el alivio de que no estaría aquí para presenciar cómo me derrumbaba en el suelo, y la agonía porque verlo me destrozaba.

Escuché el ligero sonido de papel y abrí mis ojos lentamente para ver a Peter en el mismo lugar mirando a una desgastada carta en sus manos. 

Comenzó a leer:

“Cometí el error de abrirle mi corazón a alguien que claramente nunca podría sentir lo mismo por mí. Sabía que Peter te amaba. Lo he sabido desde que éramos niños. Pensé que, quizás, atraer solo su atención por un corto periodo de tiempo sería suficiente. No lo fue.”

Sentí como si mi pecho fuera a explotar. Tenía la carta que le dejé a Euge. Oh, por Dios.

Él levantó la mirada del papel y me miró directamente con dolor en sus ojos y también algo más...

—Amé a Euge una vez. Fue mi amor de la infancia. Ella era todo lo que conocía, pero cuando me dejó, no lloré. Cuando te fuiste, lloré como un bebé.

Dejé de respirar mientras él bajaba la mirada de nuevo al papel en sus manos.

“He crecido con dos padres que ni una sola vez pensaron en mí para las decisiones que tomaron. Mis sentimientos no eran algo que les preocupara y tal vez eso es mi culpa porque nunca lo dije. Sólo empujé el dolor y la ira dentro de mí. Quería ser fuerte porque sabía que ellos eran débiles. Estoy cansada de ser fuerte. Estoy cansada de ser la segunda mejor. Necesito a alguien que me ame”

Dejó de leer y me miró fijamente una vez más

— No deberías nunca y quiero decir, nunca, ser la segunda opción de nadie. Cualquiera que no te vea como el increíble regalo que eres, es un ciego bastardo.

Volvió a bajar los ojos al papel y comenzó a leer nuevamente.

“Permanecer en Grove no es una opción posible para mí. Me permití esperar demasiado. He estado rota demasiadas veces. No puedo estar en un lugar cerca de... alguien que eventualmente me destruirá”

Sus ojos verdes se levantaron para encontrarse con los míos, y las lágrimas que brillaban en ellos me dejaron sin aliento.

—Si te pierdo por ser el estúpido ciego que he sido, entonces voy a ser el único que se destruyó.

Siguió leyendo:

“Tuviste al chico Lanzani correcto todo el tiempo. No lo des por hecho esta vez. Él te ama de una manera en la que espero algún día inspirar en alguien. Daría el mundo por ti. Cuando tienes a alguien así de especial, de increíble que te ama, no lo dejas ir. Esta es tu segunda oportunidad de atesorar lo que has tenido toda tu vida. Peter siempre fue el chico Lanzani por el que valía la pena luchar. Él es el especial”

Peter dobló lentamente el papel y lo frotó con su pulgar como si fuera algo precioso y luego lo guardó de regreso en su bolsillo.

—Eugenia no tenía al chico Lanzani correcto. Lo sé porque ahora entiendo realmente cómo se siente el amor. Del tipo que te consume. El amor que tiene el poder de romperte. Tiene el poder de completarte. Cuando leí esta carta, estaba en la sala de Eugenia, luego de arreglar las cosas entre ella y Nico, que era todo lo que quería hacer, no más. Ellos se pertenecen. Siempre se han pertenecido. Ahora lo entiendo. No porque ella lo eligió a él, sino porque tú me elegiste a mí. Antes de ti, estaba perdido. Pensé que Eugenia era lo que se suponía que iba a ser mi vida. Dejar ir la zona de comodidad que nuestra relación representaba fue difícil. Entonces llegaste a mi vida como una luz estallando en medio de la oscuridad. Hiciste que todo tuviera sentido —dio un paso más cerca de mí y luché contra la urgencia de lanzarme a sus brazos.—La. Pienso en ti cada minuto de cada día. Cuando estoy contigo, mi mundo está completo. Cuando te toco, entiendo el sentido de mi vida. Cuando te perdí, quedé completamente destrozado. Soy Tuyo.

Una lágrima rodó por mi rostro y cayó por mi barbilla. No era suficiente. Esta vez necesitaba más. Peter tomó mi mano y me atrajo más hacia él. Quería derretirme en sus brazos, pero no podía.

—Te amo, mi Lali. Te amo tanto. Todo en ti. La forma en que tus labios se curvan cuando sonríes, la peca justo debajo de tu perfecto pequeño trasero, la forma en que tu risa envía una descarga de calidez a través de mis venas, cómo tu tacto me enciende. Te amo y pasaré el resto de mi vida asegurándome de que sepas que eres mi número uno. Siempre serás mi número uno.

Eso era. Eso fue suficiente. Era todo lo que necesitaba escuchar.

Me lancé a sus brazos y lo besé como nunca lo había hecho. Fue el mejor beso de toda mi vida.

Estuvimos así un buen rato hasta que poco a poco ese beso se fue haciendo cada vez más y más pasional, retrocedimos poco a poco hacia la cama hasta caer lentamente en ella.

Peter me acarició de la manera más tierna del mundo y fue dejando besos por todo mi cuello y bajando poco a poco por mis senos. Yo disfrutaba de cada momento.

Peter me sacó la blusa y yo la suya, poder tocar esos brazos y bíceps bien formados me hizo llegar a la gloria. 

Mi sueño se estaba cumpliendo, estaba a punto de hacer el amor por primera vez con el hombre al que amaba y él a mí.  

Una vez desnudos Peter beso cada parte de mi cuerpo, alabándome y diciéndome lo mucho que me amaba. Yo acariciaba su hermosa espalda y sus duros glúteos. 

Gire y quedé yo encima, era mi turno.

Empecé a besarle de la forma más seductora posible y fui bajando por todo su estómago hasta llegar a su miembro erecto, lo acaricié un poco mientras él decía cosas sin sentido, levanté la vista y ahí estaba ese hermoso rostro suyo excitado y mirándome con  deseo, amor, y placer.

AMABA a este hombre, pero amaba mucho más el hecho de que fuera yo la responsable de levantar ese deseo en él…

Estuvimos un buen rato explorándonos y amándonos hasta que ya no aguantamos más y le pedí que me penetrara, lo necesitaba dentro de mí AHORA MISMO.

Peter entro suavemente en mí, preguntándome en todo momento si me encontraba bien. Al principio me dolió un poco pero al pasar el tiempo me acostumbré.

Una vez completamente dentro, empezó a moverse lentamente, poco a poco el ritmo iba en aumento… llegamos al orgasmo conjuntamente y nos besamos. Fue MARAVILLOSO.

Después yo tomé el dominio y me monté encima suya y empecé cabalgando de forma lenta y sensual, estaba volviendo loco a Pitt y eso me encantaba.

Pasamos toda la noche así, éramos insaciables.

Y entre besos, abrazos y “te amos” nos quedamos dormidos uno junto al otro.