jueves, 4 de septiembre de 2014

Curando al corazón - Cap. 42


Bueno amores ahora os voy a dejar 3 capitulillos más, para que veas que sí cumplo Jenu! Gracias por comentar guapuritas os #Amodoro un montón, y que sepais que se acerca reencuentro LALITER!!! :*


Lali

La música pulsaba frente a mi ventana y los extraños que no conocía, llenaban el área de la sala de los apartamentos cada vez más. Creería que por tratarse de un condominio la gente de las otras unidades se quejarían. Pero, aparentemente, esto era un centro de fiesta. Los altavoces en la piscina explotaban música para bailar. Podía oír el mismo ruido yendo por mi cabeza. El lugar entero estaba alocado. No era un gran edificio. Tenía, al menos 30 unidades y, según Cande, todos eran utilizados por sus propietarios. No eran alquilados. Cerré las cortinas para darme un poco de privacidad. Tres personas diferentes ya habían llamado a mi puerta. Después del segundo golpe, dejé de atender. Tipos borrachos con chicas igualmente borrachas, buscando un lugar para tener desagradables, sin protección y enfermamente infestadas relaciones sexuales. Temblando ante el pensamiento, fui al baño privado al lado de mi habitación. Estaba agradecida por esa pequeña área de paz.
—Abre esta puerta ahora mismo, Lali—gritó Cande mientras golpeaba la puerta de mi habitación. Genial, ya estaba borracha y me iba a forzar a la fiesta. Suspirando, me dirigí a abrir la puerta y terminar con esto. Sólo quería un largo baño caliente. Abriendo de un tirón la puerta, empecé a decirle que no estaba interesada cuando me interrumpió pasándome de largo y cerrando la puerta detrás de ella. La cerró con seguro y se giró para mirarme.
—¿Qué DEMONIOS le hiciste a Peter Lanzani? —demandó con una mirada de asombro en su rostro. No quería hablar de Peter.
—Te dije que no quiero hablar sobre él.
—Bueno, vas a tener qué, porque acabo de exponer mi trasero por ti mientras el chico me rogó y suplicó que lo llame si oía algo sobre ti o si tenía alguna idea de donde podrías estar.
¿Había llamado a Cande?
—¿Cuándo? ¿Justo ahora? ¿Te llamó? —pregunté confundida.
—SI, me llamó. Sexy acento sureño y todo. Te digo, era lamentable. LA-MEN-TA-BLE. ¿Qué hiciste? ¿Puedes darme lecciones? Porque, chica, debiste haber sacudido su mundo.
Hundiéndome sobre la cama detrás de mí, subí la mirada hacia ella y sacudí mi cabeza. ¿Por qué me llamaría? Él tenía a Eugenia ahora. ¿No podía simplemente ser feliz? ¿Por qué iba a estar rogándole a Cande por ayuda?.
—¿Qué dijo exactamente? —pregunté.
Cande apoyó una mano en su cadera y negó con la cabeza.
—Oh no. Tú no consigues hacer las preguntas primero. Yo las hago. Yo pregunto y tú respondes. Entonces, y sólo entonces, te diré lo que se dijo entre nosotros.
Demonios.
—Por favor, no me hagas hacer esto. No quiero hablar sobre él.
—No más súplicas. He tenido mi cuota de la noche, muchas gracias. Ahora, habla.
Sólo pensar en él me puso ansiosa. ¿Cómo se suponía que iba a hablar de él? Poniéndome de pie, empecé a caminar frente a la cama.
Podía hacer esto. Quería saber qué le dijo a Cande y qué le había dicho ella porque, si a Cande  se le escapó algo, necesitaba hacer las maletas y marcharme. No quería que mi mamá o Euge se aparecieran aquí.
—He estado enamorada de Peter Lanzani desde que era una niña. Él ha estado enamorado de Eugenia por el mismo tiempo. Rompieron hace unos siete meses porque ella se enamoró de su primo, Nico. No me preguntes por qué, porque no puedo entenderlo. Peter es perfecto. Nico es... bueno, Nico es un salvaje... pero él esta locamente enamorado de Eugenia.
—Espera, ¿Estos dos chicos están enamorados de Eugenia? —preguntó Cande.
—Sip. Siempre lo han estado —contesté, luego respiré hondo antes de continuar—. Pensé que una vez que Peter tuviera tiempo para superar a Eugenia, entonces yo intervendría y haría un movimiento. Tratar de llamar su atención. —La lastimada y dolorosa risa que se me escapó rayaba en un sollozo. Odié mi debilidad cuando mencioné su nombre.—Hice toda esta cosa del cambio de imagen con la esperanza de atraerlo. De todos modos, estaba bien dejar el pasado para mí, dejar de lucir como un ratón. Lo hice porque quería ser una chica que pudiera llamar la atención de Peter. Y funcionó. Me notó. Pero no fue suficiente.—Por favor, Dios, haz que eso sea suficiente para ella. No quería hablar más sobre esto.
—Está bien, así que si eso no fue suficiente, entonces ¿Por qué el chico me pedía que lo ayudara a encontrarte? Porque por la forma en que sonaba, conseguiste mucho más de lo que piensas—aseguró Cande.
Iba a tener que contárselo todo o terminaría asumiendo la cosa equivocada y le diría a él dónde estaba.
—Ella está con Nico, ¿Cierto? —preguntó.
Girándome para que las lágrimas que picaban en mis ojos estuvieran ocultas, negué con la cabeza.
—No. Nico la engañó. Estaba realmente sorprendida porque él está tan completamente enamorado de ella, pero ella tenía pruebas. Tan pronto como se enteró, corrió hacia Peter. Me dejó como si estuviera en llamas y la dejó correr directamente a sus brazos. — Sorbiéndome la nariz, sequé las lágrimas que habían logrado escapar antes de mirar de vuelta a Cande.
—¿Quieres decir que él está desesperado por encontrarte porque a Euge le molestó que te fueras?
Lo único que pude hacer fue asentir.
—Maldición —murmuró Cande, y luego una enfadada mueca vino a su rostro—. Voy a golpear la carita bonita de tu insoportable prima.
—Cande, no. No culpes a Euge. Nada de esto es su culpa. No puede controlar el hecho de que Peter la ama. Fueron una pareja durante tres años. Él es su lugar seguro.
—Esto apesta. Lo sabes, ¿Cierto? —El disgusto en su rostro casi me hizo sonreír. Casi.
—Sí, lo hace. Pero entré en esto. Tomé una oportunidad. —Encogiéndome de hombros, me acerqué para sentarme a su lado en la cama—. Ambas sabemos que era el momento de comenzar a tomar riesgos. Me he caído y quemado, pero aprendí de ello.
Cande envolvió su brazo alrededor de mi hombro y atrajo mi cabeza contra su hombro.
—Ah, maldición. Esto apesta. —suspiró—. No le diré nada. Rogó y suplicó que lo llamara si escuchaba de ti o si pensaba en algún lugar en donde pudieras estar. Dijo que “necesitaba” encontrarte. Me equivoqué con su tono ansioso. Me imaginé que lo habías envuelto alrededor de tu dedo y te habías enojado con él y lo dejaste tambaleándose. No me di cuenta que estaba tratando de aliviar algo de la culpa de otra chica. Ella puede ser tu prima, pero no soy su fan. Te lo digo.
Nos sentamos en silencio por un rato. Finalmente, me incorporé.
—Gracias por mentir. Tengo plena confianza en tus habilidades de actuación.
Cande sonrió.
—¿Así que quieres huir a Los Ángeles conmigo? Podríamos sacudir esa ciudad. Tú y yo.
Una verdadera risa logró salir y yo negué con la cabeza.
—No justo ahora. Tal vez algún día, pronto.
—Sal de aquí y diviértete. Olvida todo. Toma una de mis bebidas tropicales. Tengo una que hago con ron de coco que es para morirse.
No estaba lista.
—Dame unos días más.
—Claro, cariño.
         

2 comentarios :

  1. ayer no pude comentar porque me quitaron el compu (tenia prueba de historia :( ) la cosa es que llego y que veo que la genia de nayla subio cap"s" entienden variooooos ajajjajajja liiindaaa jaajj esperando ver el reencuentro aunque sigo con peter debe sufrir un poco ajajjaja perooo bueee acaaaa triste por la noticia de cerati pero ya esta en un lugar mejor ;)) a seguir leyendo

    ResponderEliminar
  2. Digan ya a Peter donde está lali ; . )

    ResponderEliminar