miércoles, 3 de septiembre de 2014

Curando al corazón - Cap. 41

Bueno cielitos aquí el tercer capítulo, y Mariana me vas a dejar petar de PDs jajaja loca encntadora gracias a ti por comentar :*

Bueno espero que os guste, comentar y recordad que os #Amodoro :)


PETER

Tres días y nada. Ni siquiera su madre pudo encontrarla. Estaba vacío. Nada importaba ya. No quería salir de la cama. La única cosa que me mantenía en pie era la esperanza de que tal vez hoy llamara. Quizás hoy la encontraría. No podía dormir. Cada noche yacía en mi cama mirando al techo, repasando todas las cosas desconsideradas que le había hecho. Ella había sido condenadamente dulce, también. No la merecía, pero ella me quería. A mí. A nadie más. Incluso después de que la llamé una distracción, me perdonó. Cuando necesitó a alguien que la escuchara y abrazara, yo la empujé lejos para ayudar a Eugenia mientras vomitaba.
También me había perdonado por eso. Diablos, todo lo que ella había hecho este mes era perdonarme por mi estupidez. No estaba seguro de si podré concentrarme lo suficiente la próxima semana, cuando tenga que ir a Florida para la primera semana de prácticas. ¿Cómo podría dejar Grove sin saber si Lali estaba bien, sin poder abrazarla y decirle cuánto lo sentía? ¿Cómo podría irme sin ser capaz de decirle que estaba enamorado de ella?
Tomando lo primero que estaba al alcance de mi mano, un portarretratos cualquiera, lo lancé a través de la habitación y rugí de frustración. Lo que sea para poder liberar el miedo, dolor, y el sofocante sentimiento de pérdida revolviéndose dentro de mí.
—Has hecho un hoyo en el yeso. Tu mamá no va a estar muy contenta con eso, supongo—dijo Nico arrastrando las palabras, mientras me giraba y le miraba de pie en la puerta observándome.

—Como si me importara un carajo—gruñí enojado.

Nico se encogió de hombros.

—Solo digo que tal vez quieras no debas golpear tu puño contra las paredes en concreto ya que no puedes romperlas. Pero, de nuevo, necesitas esas manos funcionando para la próxima semana. Florida va a necesitar a su elegido chico de oro si quieren tener alguna oportunidad de ganar al Tide en algún momento de los siguientes cuatro años.

Sabía que intentaba distraer mi mente de Lali, pero era inútil. No estaba de humor para discutir sobre la ayuda financiera del fútbol universitario con él. En este momento, me importaba una mierda quién ganara qué. Solo quería que mi Lali volviera. 

Me senté en el sofá detrás de mí, y dejé que mi cabeza se apoyara en el negro cuero.

—Debo encontrarla, Nico—el tono desesperado de mi voz no me pasó desapercibido.

—Lo haremos. Sólo nos tomará algo de tiempo. La chica no quiere ser encontrada. Es inteligente. Cubrió todas sus huellas. 

No podía haber cubierto todo. Alguien tenía que haberla ayudado. Pero, ¿Quién?

—No puede haber desaparecido así cómo así. No es como si Grove tuviera algún maldito taxi para parar. Diablos, ni siquiera puede llamar uno, porque no existen. Hay al menos cincuenta kilómetros hasta la estación de bus más cercana. ALGUIEN tuvo que haberla ayudado. Esa es la pista faltante.

Nico se sentó en el sofá frente a mí.

—Su mamá llamó a esa amiga suya de la playa, ¿Cierto?

Asentí, cerrando mis ojos. Había conocido a Cande. No había forma que hubiera dejado todo tan rápidamente para venir a Grove a recoger a Lali. No había forma. Incluso si ella lo hubiera querido, no habría podido lograrlo.

—Ella no ha oído nada de Lali. Su mamá dijo que estaba segura. Habló con Cande ella misma y la chica no tiene idea.

Tampoco estaba realmente preocupada por eso. Nico frunció su ceño.

—¿A su amiga no le importó que estuviera desaparecida?

—No conoces a Cande.Está interesada en chicos y fiestas. Esas son sus preocupaciones. Pasé una comida entera tratando de mantener sus manos lejos de mi pene. Créeme. La chica es poco profunda.

—Sólo porque es una chica fiestera no quiere decir que no sea leal a sus amigas. Cuánto tiempo estuviste con ella, ¿Una comida? No creo que sea tiempo suficiente para juzgar las lealtades de una persona. Te molestó, pero Lali no parece ser una chica que soportaría a alguien que no tuviera buenas cualidades. Es condenadamente precavida. Si llama a Cande amiga, entonces hay cosas de Cande que no sabes.

Nico tenía razón.

—¿Sabes? Tienes razón.—Me puse de pie y tomé mi teléfono. Ahora
tenía el número de la mamá de Lali en marcación rápida.
—¿A quién llamas?—preguntó Nico, mientras se inclinaba y apoyaba sus codos en sus rodillas.
—A la mamá de Lali. Necesito el número de Cande.

Nico asintió

Después de conseguir el número de Cande, y asegurarle a la mamá de Lali que la llamaría si descubría algo, colgué rápidamente y
marqué el número que me dio.

—¿Hola?—Una brillante y alegre voz contestó después del tercer tono.
—¿Candela? Habla Peter Lanzani—contesté.
—Oooooh, bueno, ¿No es una sorpresa? No recuerdo haberte dado mi número, Peter Lanzani. ¿Me extrañas tanto que te tomaste la molestia de conseguirlo?—susurró.

Nico estaba equivocado acerca de esto. Ahora la chica tenía mi teléfono y la oportunidad de molestarme todo lo que quisiera.

—Uh, sí, bien, esperaba que pudieras ayudarme...
—Lo que quieras, estoy segura que puedo complacerte. Soy muy
talentosa con mis manos... y boca.
—¿Has hablado con Lali recientemente? ¿Te ha llamado? Sé que su
mamá te llamó y no sabes nada, pero estoy desesperado. Necesito encontrarla. Si hay algo que sepas por favor, por favor dímelo. La necesito. Por favor.—Dejé de suplicar y recé porque esta llamada telefónica no haya sido en vano.
—Uh, guau. Um, ¿Qué diablos sucedió entre ustedes dos? Es decir, su mamá llamó y estaba preocupada, y creí que tal vez Lali había huido por culpa de su papá o algo así. He estado esperando que me llame, pero no lo ha hecho aún. ¿Es tu culpa? ¿La lastimaste?

El pequeño rayo de esperanza que había tenido, se había extinguido.
Sabía que Lali no había huido hacia Cande. Además, era imposible. 

—Necesito hablar con ella. Necesito verla. Si te llama, o tienes idea de dónde pueda estar, ¿Podrías, por favor, llamarme? Te pagaré por las molestias, sólo déjame saber si tienes alguna idea. No la estoy buscando por su madre, lo estoy haciendo por mí. Solamente por mí.
—Deeeee acuerdo, Peter Lanzani. Te puedo asegurar que te dejaré saber si surge algo. Pero, diablos, tengo curiosidad ahora. ¿La pequeña Lali finalmente se acostó con algún chico? Espero que sí, porque la chica estaba camino a caducarse. 

Agarrando mi teléfono con fuerza, intenté controlar la necesidad de insultarla. La única razón esque no podía quemar esta posibilidad.

—Sólo llámame si sabes algo, ¿De acuerdo?—repetí.
—Seguro, sexy. Pero, mientras, podrías visitarme. Me haría muy feliz. Me estoy quedando en los condominios Kiva Dunes en West Beach. Piso 103. Mi habitación es la más alejada en la esquina, mirando directamente al agua en vez de mirar a la piscina. —La rechacé mientras ella arrastraba las palabras.

La chica no tenía ni idea.

—No, gracias. Sólo dime si sabes algo. Gracias.—Terminé la llamada antes de que ella pudiera decirme lo feliz que podría hacerme.
—¿Y bien?—preguntó Nico.
—No sabe nada. Tu suposición de que ella pudiera tener cualidades que valieran la pena, estaba fuera de rumbo.
—Huh—fue su única respuesta.

4 comentarios :

  1. muy maal nayla, MUY MAL!!!! COMO LA VAS A DEJAAR AHII?? TE VOY A MAATAAAR!!! cuantos capis tieenee la novee??

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  2. Nayla ten piedad y subi otro capitulo por favor, te lo suplico, no lo puedes dejar ahí. Y el capitulo me encanto y me gusta que Peter sufra algo por todo lo que le hizo a Lali.

    P.D: Te amodoro por subir estos 3 capítulos!!

    Jenu

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  3. Nay me fascino el cap! pero seguila please dale no tardés en subir ;) te #Amodoro potra!
    atte;maria

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  4. NAYLA MARIANA sube ya el siguiente capi POR DIOS muero lentamente ]: y ya te digo que AMO ese tema thanks por ponerla.
    yo tmbn te amodoro guapura jijiji ^.^

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