miércoles, 3 de septiembre de 2014

Curando al corazón - Cap. 39

Hola Chiquillas mías estoy muy contenta porque habeis comentado muchas :´) Espero que sigáis comentando pero dejar vuestros nombres "anónimos" jejeje y Cori no tengo whatssap que penicaaa... muahahah y Mariana que agresiva tengo miedito jejeje ;) y anónimos tranquilas que no quiero que os pase nada a ninguna <3

Ya os voy avisando que Pitt sufre mucho :( y que se acerca el final!!!  

Y por haber sido unas chicas tan buenas os voy a dejar 3 capitulitos, os #Amodoro a todas princesotas!!! :* 

¡AHORA A LEER Y COMENTAR! :D




—¿Ella no dijo hacia dónde se fue? ¿Fue a
casa? ¿Cómo llegó allí?—Me iba a derrumbar. Lágrimas se acumulaban en mis ojos y tragué el nudo en mi garganta. No tenía tiempo para llorar como un maldito bebé.
Tenía que encontrar a mi Lali, ¡AHORA!.
Doblando el papel pulcramente, lo guardé en mi bolsillo y saqué mi teléfono.
Su teléfono iba directamente al correo de voz. Mierda.
—¿Intentaste llamarla? ¿Has llamado a su madre?—Le pregunté a Euge mientras intentaba llamarla de nuevo.
—No le levantes la voz. Sé que estás molesto, pero recuerda mi advertencia. Y para que lo sepas, no eres tan malditamente especial.
 
Me importaba una mierda la advertencia de Nico. Necesitaba encontrar a Lali.
 
—Cállate ya Nico. Necesito encontrar a Lali—grité, fulminándolo con la mirada, mientras golpeaba mi puño contra la chimenea de ladrillo. El dolor no era suficiente para adormecer la agonía de mi pecho.
—¡Peter!, detente! Estás sangrando. Nico, haz algo—La voz preocupada de Euge sonaba como si estuviera viniendo de un túnel.
—¿DÓNDE MIERDA ESTÁ? – rugí, golpeando mi puño contra la pared tratando así de detener las lágrimas que nublaban mi visión. Tenía que encontrarla. Me necesitaba. Oh Dios, ella me necesitaba. Y yo a ELLA… Presionando las palmas de mis manos contra el ladrillo, agaché mi cabeza y dejé que las lágrimas corrieran libremente. 

La había perdido. 
 
No podía perderla. Estaba tan destrozada y yo ni siquiera lo sabía. Quería encontrar al idiota de su padre y golpear su rostro hasta que ese dolor dentro de mí de las palabras en su carta, disminuyera. ¿Cómo podían ellos pasarla por alto? ¿Cómo podía alguien pasarla por alto?
—Peter, la encontraremos—dijo Euge, mientras que un pequeño sofocado sollozo se le escapaba—.  Nico, Peter está llorando. No puedo soportar esto. Haz algo—rogó.
—¿Por qué no nos das un minuto Eu?—replicó él.
Oí a Nico susurrarle y besarla antes de que sus pisadas se desvanecieran por el pasillo.
—Hombre, tienes que recuperar el control lo estás perdiendo y esa mierda no ayudará en nada. Además, tienes a Euge en lágrimas.
Él no tenía ningún derecho a decirme cómo lidiar con esto. La había perdido tratando de ayudarlo a él.
Me alejé de la pared y caminé lejos mientras limpiaba la prueba del fracaso, de mi rostro.
—Mira hermano, lo entiendo. La amas. Conozco ese sentimiento bastante bien. Pero llorar como un jodido cabrón no hará ni una pizca de bien. Tenemos que encontrarla. Les toca a chicos grandes hacer eso. ¿Crees que puedes secar el pozo y ayudarme a pensar en esto? – me dijo.
Me congelé y dejé caer mis manos a mis costados. ¿Qué acababa de decir? Dándome la vuelta lo observé.
—¿Acabas de decir que “la amo”?

Nico rodó sus ojos y cruzó los brazos sobre su pecho mientras se
encaminaba hacia el marco de la puerta.

—¿En serio, Peter? ¿Tienes que preguntarme eso?—Sacudió su cabeza como si yo fuera el idiota más grande del planeta—. Déjame preguntarte algo. Cuando perdiste a Euge... ¿Lloraste? Sé que nos golpeamos y gritaste un montón. Pero, ¿Lloraste?
—No.
Nico asintió.
—Eso pensé. Porque aunque amabas a Euge, ella no era la indicada. Cuando consigues a la chica a la que le perteneces, ella es la única que tiene el poder de hacerte llorar.

Lali

No voy a decirte dónde estoy, mamá —repetí por quinta vez.
—¡Mariana Espósito! Sólo tienes dieciocho años. Es peligroso que viajes por tu cuenta. ¡Soy tu madre! Necesito saber dónde estás. Ven a casa. Sólo, dónde sea que estés, vuelve a casa. Euge ha llamado tres veces, y ese Peter...
—No. No quiero oír eso. No me importa. Solo, por favor, mamá, si quieres hablar conmigo no lo menciones a él o a Eugenia, ¿De acuerdo?
—Pero ellos...
—Colgaré el teléfono y lo desconectaré. ¿Me entiendes? – Escuché la inhalación brusca. Nunca le había hablado de esa forma, pero estaba cansada. Nunca me escuchaba. Intentaba controlarme. No más.
Tenía dieciocho años pero me sentía mucho mayor. Siempre me sentí así.
—Está bien —soltó.
—Ahora, si no hay nada más que quieras decir, tengo que irme. Te llamaré pronto. Créeme cuando te digo que estoy completamente a salvo. Es todo lo que necesitas saber.
—Si esto es por tu padre...
—No, mamá, no es sobre él. Ya no. Mis decisiones son sobre mí. De ahora en adelante lo que haga, no tendrá que ver con lo que tú o papá hagan o digan.
El silencio de mi madre era tan extraño, que me pregunté si había colgado el teléfono. Esa definitivamente sería la primera vez. Entonces, escuché un profundo suspiro.
—De acuerdo —dijo finalmente.
—De acuerdo —respondí.
—Te amo, La. Lo sabes, ¿Verdad?
No, no lo sé. En realidad, no. No estaba segura si mamá comprendía el concepto de amar a alguien más que así misma.
—Seguro, mamá. Te amo también —dije finalmente. Había hecho bastante en cuanto a honestidad para una conversación. La amaba, y no estaba segura de que ella pudiera manejar más verdades.
Terminando la llamada, me anticipé y apagué mi teléfono antes de lanzarlo sobre mi gran maleta. 
No es que pensara que mi mamá era lo suficientemente inteligente como para rastrearme o algo. No estaba segura si ella habría tenido en cuenta ese método para encontrarme. Supuse que si lo mantenía apagado, a menos que estuviera reportándome, entonces estaría a salvo. Tal vez debería conseguir uno de esos teléfonos descartables y usarlo para llamar de ahora en adelante. Recuerdo un episodio de la serie CSI dónde ese método funcionó.
Sacudiendo la cabeza ante mi propia maquinación para mantenerme escondida de mamá, me acerqué a la gran ventana en el medio de la pared izquierda. Cande no había bromeado con lo de la vista. Podía ver la piscina a mi izquierda, ya que estábamos en el último piso, pero hacia el frente no había más que playas de arena blanca y el Golfo de México. Podría quedarme aquí el resto del verano. Resolver algunas cosas. Sanar. Luego volver a Alpharetta y enfrentar mi futuro. Tal vez pueda conseguir un trabajo o dos que paguen bien. Ahorrar durante dos años y luego asistir a la Universidad de Georgia. No es mi primera opción, pero es mejor que quedarme en casa y asistir a la universidad comunitaria. Sería más accesible ir a la universidad estatal que ir a Florida. 
Sonriéndole a mi estupidez, pensé en todas las cosas que vendí en eBay una vez que escuchéla noticia de que Peter había firmado con Florida. Me imaginé que si podía ahorrar suficiente dinero, mi padre podría ayudarme.
Me había aplicado, fui aceptada, y había usado la pequeña beca que había recibido del club local de damas del que mi madre era parte para pagar la matrícula. Aún así necesitaba mucho más. No es que importara. Nunca podría lograrlo ahora. Tal vez era la forma que tenía el destino de intervenir y arreglar mis estúpidos planes.
 
—Oye, chica, deja de mirar a la hermosa playa con esa triste expresión y ponte tu ardiente, pequeño bikini rosa y ven a tomar algo de sol conmigo. 
 
Me di vuelta para ver a Cande de pie en la puerta. Su largo cabello estaba levantado en una cola alta, y vestía un bikini verde lima, que hacía que su bronceado pareciera incluso más oscuro.
—¿Qué hay de tu cita? ¿Qué sucedió contigo y Heath? Creí que estaría pasando el verano aquí contigo. —Cuando me dijo sobre su cita con el salvavidas, había estado tan enfocada en respirar a través de mi corazón roto que no había procesado su comentario.
Ella ondeó su mano como si estuviera ahuyentando una mosca.
—Me atrapó con un jugador de vóleibol que, parece, juega en un equipo
profesional. Tan ardiente, Lali, y quiero decir tan ardiente. Y valió taaaanto la pena. Heath volteóy se marchó. Era lo mejor. Ya habíamos exprimido todo lo bueno de la relación. Tiempo de seguir adelante.
Así era Cande. Ella podía ir de chico en chico y nunca mirar a atrás. Cualquier chico que quisiera estar en una relación seria con ella, estaba pidiendo problemas. Cande no podía hacerlo. Sin embargo, podía ser una amiga. Quizás no la mejor amiga del mundo, pero era la única que en realidad había tenido. Ahora mismo, era un salvavidas.
—Deja cambiarme y me encuentro contigo ahí afuera en unos minutos—le dije.
Asintió y se alejó, cuando pensé en mi mamá.
—Oye, Cande—la llamé.
Se dio la vuelta y me miró con esa expresión despreocupada que usaba siempre como una corona.
—¿Sí?
—No le digas a mi papá o mamá que estoy aquí si llaman, ¿De acuerdo?. 

Cande asintió.

—No te preocupes. Yo también querría esconderme de ellos si fueran mis padres.
—Y si Euge llama... No quiero que ella lo sepa, tampoco.
Los ojos de Cande se abrieron en sorpresa.
—Guau, ¿En serio? ¿Qué ha hecho la prima siempre perfecta que tanto amas? Puedo ir y tomarla de su bonito cabello rubio si es necesario. Ella nunca me cayó bien, de todos modos.

Sacudiendo mi cabeza no pude evitar sonreír. Sí, Cande podría coquetear con el chico que te gustaba, y vestirse como una zorra para confesarse esperando tentar al cura, pero ella cuidaría tu espalda en una pelea si la oportunidad se presentara. 

—Euge no me hizo nada. Aún la amo, solo necesito distanciarme de Grove y de todos allí.

Cande frunció sus labios como si quisiera preguntar más y tratara de evitarlo, entonces finalmente asintió.

—Lo entiendo. No le diré a una maldita alma que pregunte sobre ti que te he visto. Listo. Ahora pon tu alegre trasero en un bikini y úntate algo de bloqueador solar.




4 comentarios :

  1. haaaay ya lo va a admitir!!!! DIOS porque son hombres siempre les cuesta entender las cosas OMG nico i love yo so much TEEEE AMOOOO VAMOO CARAJA otros 2 cap :') podre estar en paz en lo que queda de dia jajajaj espero que ahora lali tenga una mejor vida en la universidad y que ya no tenga ese problema con sus padres y...obvio qe este con peter jajaj pero hacelo sufrir un poco para que entienda lo que sufrio lali JAJAJ yiaaaa que malaaa ajajjaja naaaaa igual que sufra por tarado byyeee a esperar el otro cap JAJAJ

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  2. jajajajajajajajaja que loquilla ;) ahora mismo subo el siguiente :*

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  3. aii me encanta esta nove enserio¡! te amodoro por dejarnos 3 caps jaja

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  4. wow te amo Cande sos una lokita jaja y Pitt te toco sufrir por BOLUDO naa mentira pero q sufra hahaha
    soy carla

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