Curando al corazón - Cap. 37

Bueno hermosas aquí el #3 y nos leemos mañana. #Osamodoro COMENTAR mucho ;)

Gas se detuvo en el estacionamiento de los apartamentos donde se alojaba Cande. Su coche estaba aparcado a la izquierda del edificio, así que sabía que había encontrado el lugar correcto.

-Sé que dijiste que no querías hablar de ello, pero necesito saber algo, Lali. Peter enloquecerá cuando se entere de que te has ido y es mi amigo.

Indignada por el apuro en el que había puesto a Gas, metí la mano en mi bolso, saqué cinco billetes de veinte dólares y se los entregué.

-No quiero tu dinero. Sólo algún tipo de explicación.

-Nico y Euge ya no están juntos, y Peter está ocupado consolándola y ayudándola a cuidar su corazón roto. Eso es todo lo necesitas saber.

Gas frunció el ceño.

-¿Estás segura de eso? No puedo pensar en ninguna mujer que haya sido capaz de girar la cabeza de Nicolás Lanzani lejos de Euge. Ha estado enamorado de ella desde que éramos niños.

-Bueno, créelo. Supongo que consiguió lo que quería y siguió adelante. Por suerte, tiene al otro chico Lanzani enamorado de ella para recoger los pedazos. Si es inteligente, agarrará a Peter y no lo dejará ir. Su amor por ella es inquebrantable e incondicional.

-Los he visto a ti y a Peter en el campo y fuera de la ciudad. Para mí parecía que haber superado completamente a Euge. Te miraba con tal brillo depredador en sus ojos, que tenía miedo de hablar contigo.

Mi corazón se rompió un poco más y mantuve el dolor lejos. No haría esto. Peter Lanzani no me rompería más el corazón.

-Bueno, las apariencias engañan. No quiero hablar de ello, Gas. Por favor, sólo toma el dinero, así no me sentiré culpable por pedirte que me trajeras hasta aquí después de cómo fueron las cosas entre tú y yo. Odio haber estado tan cegada por Peter y no darte una oportunidad. Aprendí la lección.

Gas tomó el dinero que estaba empujando.

-Lo aceptaré, si eso hace que te sientas mejor, pero no quiero.

Me incliné y le di un beso en la mejilla.

-Gracias por estar ahí cuando necesitaba a alguien. No tienes ni idea de lo raro que es para mí. – Abrí la puerta y salté fuera del Jeep. Metiendo la mano en el asiento trasero, empecé a coger mi equipaje cuando Gas se acercó y me sostuvo las dos maletas.

-Lo tengo—dijo, antes de volverse y dirigirse a los apartamentos.

-¿Qué piso?—preguntó cuando se detuvo al lado de los ascensores. Le seguí por detrás, llevando mis cosméticos y mi bolsa de baño.

-El del fondo, ese mismo de ahí. – Señalé al 103 justo cuando la puerta se abría y salía una Cande chillando:

-¡Estás aquí, estás aquí! Ah, y trajiste de Wings a uno de los hermosos contigo.

-Me alegro de verte de nuevo, Candela —dijo Gas cortésmente dejando mi equipaje fuera de la puerta y retrocediendo para dejarme pasar.

-Yo también, uh…

-Gastón. Su nombre es Gastón.

-Correcto.—Chasqueó los dedos como si lo tuviera en la punta de la lengua.

-Bueno, Gas, ¿Quieres entrar? Tendremos fiesta esta noche. Te invito a quedarte a dormir.

Gas miró a Cande y luego a mí, y negó con la cabeza.

-No, debo irme. Tengo planes esta noche, pero gracias.

-Awww, que pena. — Cande hizo un mohín. Era tan obviamente falso, que no sé por qué lo intentó. A menos, por supuesto, que pensara que parecía creíble.

-Cuídate, La —dijo Gas con una expresión de preocupación.

-Tú también, Gas. Gracias de nuevo. —Asintió y se dirigió hacia su Jeep. Una vez en él y lejos del estacionamiento, Cande me agarró del brazo y me tironeó.

-Entra. Cuéntame todo sobre Grove mientras me hago un sandwich.

Recogí mi equipaje y lo llevé dentro.

-¿En qué habitación me quieres?

-Al final del pasillo, tercera puerta a la izquierda. Tienes la mejor vista del mar desde esa habitación. No te acuestes en la cama todavía. Tenemos que quitar y lavar la colcha y las sábanas. Sólo Dios sabe a lo que está acostumbrado ese cuarto durante una de nuestras fiestas.

Rastreramente, hice una nota mental para ir a comprar un poco de spray Clorox y limpiar el lugar.